El pulso de Prigozhin y Putin: el día que una milicia privada desafío al Estado ruso

El pulso de Prigozhin y Putin: El día que una milicia privada desafíó al estado ruso.

Por Gaspar Contreras

Nicolás Maquiavelo en su tratado político ‘El príncipe’ advertía sobre el peligro que representan las tropas mercenarias para la gobernabilidad de un Estado, debido a la poca fiabilidad que presentan para el soberano. Por lo mismo instaba a los gobernantes a crear ejércitos que les respondieran directamente y a evitar en lo posible el trato con milicias mercenarias: «Las tropas mercenarias y auxiliares son inútiles y peligrosas; y el príncipe cuyo gobierno descanse en soldados mercenarios no estará nunca seguro ni tranquilo, porque están desunidos, porque son ambiciosos, desleales, valientes entre los amigos, pero cobardes cuando se encuentran frente a los enemigos; porque no tienen disciplina, como no tienen temor de Dios ni buena fe con los hombres; de modo que no se difiere la ruina sino mientras se difiere la ruptura; y ya durante la paz despojan a su príncipe tanto como los enemigos durante la guerra, pues no tienen otro amor ni otro motivo que los lleve a la batalla que la paga del príncipe, la cual, por otra parte, no es suficiente para que deseen morir por él.”

 

Combatientes de la compañía paramilitar Wagner en Rostov del Don, junio 2023.

(Stringer/Reuters)

En un movimiento inédito, el líder de la milicia privada Wagner, Yevgeny Prigozhin, movilizó a sus tropas con la intención de hacer dimitir al ministro de defensa ruso, Serguéi Shoigu, con quien mantenía una disputa constante desde hace meses. Un conflicto interno de este tipo no se veía en Rusia hace décadas, el último fue en la guerra de Chechenia. Pero ¿Qué es el grupo Wagner?

El grupo Wagner es una empresa militar privada afín al gobierno ruso, que tuvo su origen el año 2014 durante la guerra del Dombás. Cuentan con cerca de 25 mil miembros actualmente, principalmente veteranos de guerra, aunque también cuentan con exconvictos entre sus filas. Su líder es el oligarca ruso Yevgeny Prigozhin, un hombre cercano al presidente Vladimir Putin. Además de la guerra de Ucrania, participan en campañas en Siria, Libia, República Centroafricana y Mali. Donde han tenido un desempeño cargado de luces y sombras, ya que, a pesar de sus victorias, existe una cantidad no menor de acusaciones de crímenes de guerra y de violaciones a los derechos humanos hacia el grupo.

Durante la guerra ruso-ucraniana, Wagner tuvo gran protagonismo en la captura de Bakhmut, un bastión militar de Ucrania, cuya batalla ha sido denominada como “el infierno de Bakhmut”, a causa de los terribles costos humanos y militares para ambos bandos. Los soldados de la empresa militar eran quienes principalmente se encontraban llevando a cabo los combates en esta localidad. Fue durante esta operación militar que comenzaron los primeros roces entre PMC Wagner (siglas de empresa militar privada en inglés) y el Ministerio de defensa ruso. Prigozhin denunció en varias ocasiones la falta de apoyo logístico, militar y de comunicación por parte de la institución gubernamental. El líder de Wagner recriminó por meses al ministro de defensa, Serguéi Shoigu, por su incompetencia y por desabastecer deliberadamente a las unidades Wagner que luchan en Ucrania.

La disputa tuvo su punto cúlmine el viernes 23, cuando Prigozhin acusó a Shoigu, de haber ordenado el bombardeo de un campamento de PMC Wagner. El líder del conglomerado militar declaró: “somos 25 mil y vamos a averiguar por qué está pasando el caos en el país, todos los que quieran sumarse. Debemos poner fin a esta desgracia ¡Hay que poner fin a la maldad de la cúpula militar del país! Han descuidado la vida de los soldados, han olvidado la palabra justicia, ¡y la recuperaremos!”. Además, ordenó realizar una marcha hacia Moscú para pedir la destitución del ministro de defensa. Por su parte, desde el gobierno ruso se negó la acusación y se instó a Prigozhin a medir sus palabras.

Pero, Prigozhin no hablaba en vano, pues pasadas las horas comenzaron a circular videos de convoyes wagneritas cruzando la frontera. Ya durante la madrugada del sábado, las fuerzas del grupo Wagner se apoderaron de la localidad sureña de Rostov del Don, el centro de operaciones ruso en la guerra. La toma de la ciudad, exceptuando pequeñas escaramuzas, no presentó mayor resistencia por parte del ejército de Putin.

Horas después, las columnas de Prigozhin capturaron la ciudad de Vorónezh, ubicada 500 kilómetros al norte de Rostov. Al igual que antes, tomaron los edificios públicos y las instituciones militares sin gran resistencia. En este punto, las fuerzas de Wagner contaban en su haber con dos grandes ciudades, de un millón de habitantes cada una, las cuales poseían importantes centros administrativos.

Mientras tanto, en la televisión el presidente Vladimir Putin dirigía un discurso a la nación en el que calificaba las acciones del grupo como una “puñalada por la espalda”: “A lo que nos enfrentamos es exactamente a una traición. Una traición provocada por la ambición desmesurada y los intereses personales». Tras esto aseguró que los sublevados serían castigados. En sus declaraciones, Putin confirmó la captura de la ciudad de Rostov del Don, pero no mencionó el caso de Vorónezh. Asimismo, durante el día se ordenó eliminar la propaganda de PMC Wagner en el país.

Tras los dichos del presidente, el conflicto adoptó un tono más grave, pues se ordenó la movilización de comandos militares de élite, como los chechenos, cuyo líder, Ramzam Kadírov se mostró implacable contra Prigozhin: “La rebelión debe ser sofocada y si para eso es necesario tomar medidas drásticas, estamos listos para ello».  Entretanto, las columnas de Wagner continuaban su marcha hacia la capital. Hasta ahora sin sufrir mayores pérdidas y habiendo derribado tres helicópteros del ejército ruso durante el proceso.

Pasadas las horas, el ejército ruso había adoptado posiciones fuertemente defensivas en Moscú, mientras que cercaban Rostov del Don. De igual manera, la columna de chechenos también se acercaba a las inmediaciones de aquella ciudad para apoyar en la recaptura. En ese momento, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, se comunicó con Prigozhin para emprender una mediación en el conflicto. Luego del inicio de las conversaciones entre ambas partes, Prigozhin anunció una desescalada en el conflicto, todas las tropas de Wagner regresarían a sus cuarteles.

“Iban a desmantelar PMC Wagner. Salimos el 23 de junio en la Marcha de la Justicia. Ese día avanzamos hasta estar a casi 200 kilómetros de Moscú. En ese tiempo no hemos derramado ni una sola gota de sangre de nuestros combatientes”, relató Prigozhin en un mensaje de audio. “Ha llegado el momento en que se puede derramar sangre. Por eso, comprendiendo toda la responsabilidad de que se derrame sangre rusa por una de las partes, nuestras columnas dan media vuelta y regresamos a nuestras bases de acuerdo al plan”, añadió.

Durante la noche, en una conferencia telefónica con periodistas, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, anunció que se retirarían los cargos penales contra el jefe de Wagner y que este iría a la vecina Belarús.

El desafío militar de Prigozhin representa un conflicto político entre dos posiciones distintas respecto a la forma de liderar la guerra en Ucrania. Esto no representa el fin de la guerra o un acercamiento a la paz en lo absoluto, de hecho, la postura de Prigozhin es más radical que la del ministro de defensa actual. Con su marcha hacia Moscú, el comandante de Wagner busca que el cargo de Shoigu sea ocupado por un comandante de su simpatía, con el objetivo de recrudecer los ataques rusos y finalizar la guerra de una vez por todas.

En las últimas horas, CNN reveló que los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos habían informado al congreso sobre extraños movimientos de Wagner y de acumulación de equipo militar cerca de las fronteras de Rusia con el Dombás. Lo anterior significa que las múltiples denuncias de Prigozhin sobre la escasez de munición entre sus filas eran falsas, que habrían sido un engaño deliberado para sentar las bases para un futuro desafío a la cúpula militar rusa.

Aunque hayan cesado los movimientos de tropas, el conflicto sigue aun caliente, pero es posible realizar un mapeo político de la situación. Por una parte, Prigozhin consiguió uno de sus objetivos, que era desafiar a la cúpula militar de Rusia, lo que le permitió sentarse a negociar con el presidente de la nación. Además, tras las primeras negociaciones los cargos criminales en su contra fueron depuestos. El líder de la empresa militar busca acordar la integración de PMC Wagner dentro de las fuerzas armadas de Rusia y el reemplazo de Shoigu por algún comandante más afín a sus políticas.

Por otro lado, pedir la renuncia de Shoigu es una decisión difícil para Putin, ya que siendo su ministro hace diez años, es un hombre que goza de su confianza plena. Pero, la movilización de Wagner representa un malestar entre las fuerzas rusas que están combatiendo en Ucrania respecto a la dirección de la guerra, así como un peligro para el curso de la misma si es que llegase a repetirse un acto así.

Para terminar, cabe destacar que este suceso es la primera vez en la historia que un gobierno sufre un intento de golpe de estado realizado por una empresa privada, pero no es la primera vez que un Estado se ve amenazado por milicias mercenarias. Maquiavelo, a quien citamos nuevamente, prevenía sobre los peligros de estas relaciones: «Los capitanes mercenarios o son hombres de mérito o no lo son; no se puede confiar en ellos sí lo son porque aspirarán siempre a forjar su propia grandeza, ya tratando de someter al príncipe, su señor, ya tratando de oprimir a otros al margen de los designios del príncipe; y mucho menos si no lo son, pues con toda seguridad llevarán al príncipe a la ruina». Pasadas estas veinticuatro horas de álgido movimiento, solo queda esperar los resultados de las negociaciones y observar cómo afecta esto el curso de la guerra.

 

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